¿Qué son los sesgos cognitivos?
Los sesgos cognitivos son puntos ciegos en nuestro cerebro. Son formas específicas y recurrentes de equivocarse.
Empieza con un trampero canadiense en la frontera con Estados Unidos y termina con un hacker inquieto en una distopía virtual. Incluye viajes espaciales, palomas asesinas y fraudes electorales; nos muestra el trabajo de estafadores astutos, magos mancos y robots ajedrecistas; y nos va a hacer viajar desde terremotos en California hasta tormentas en Buenos Aires y guerras en Corea. Pero sobre todo habla de la forma en que tomamos decisiones cuando hacemos nuestras compras, interactuamos con nuestros conocidos y votamos a nuestros representantes.
Aunque suene extraño —y quizás un poco inquietante—, los avances científicos y tecnológicos de los últimos cien años han modificado enormemente la forma en que habitamos el mundo. Tenemos más información que nunca en la historia, y entre la neurociencia, la economía, la psicología, los datos y la comunicación hemos construido modelos que permiten comprender, predecir e influir sobre algunos aspectos del comportamiento humano. Para bien… o para mal.
Empieza con un trampero canadiense en la frontera con Estados Unidos y termina con un hacker inquieto en una distopía virtual.
Incluye viajes espaciales, palomas asesinas y fraudes electorales; nos muestra el trabajo de estafadores astutos, magos mancos y robots ajedrecistas; y nos va a hacer viajar desde terremotos en California hasta tormentas en Buenos Aires y guerras en Corea.
Pero sobre todo habla de la forma en que tomamos decisiones cuando hacemos nuestras compras, interactuamos con nuestros conocidos y votamos a nuestros representantes.
Es que aunque suene extraño —y quizás un poco inquietante—, los avances científicos y tecnológicos de los últimos cien años han modificado enormemente la forma en que habitamos el mundo.
Tenemos más información que nunca en la historia, y entre la neurociencia, la economía, la psicología, los datos y la comunicación hemos construido modelos que permiten comprender, predecir e influir sobre algunos aspectos del comportamiento humano.
Para bien… o para mal.
¿Te falta info? Seguí leyendo.
La ciencia lleva décadas investigando sobre la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje y otros procesos cognitivos. Y mucho de lo que aprendimos ya se utiliza en tratamientos de salud para ayudar a otros con enfermedades degenerativas, trastornos de ansiedad, para dejar de fumar o incluso para bajar de peso.
Pero, aunque suene inquietante, los mismos avances científicos y tecnológicos también se utilizan para vender productos o ideas, instalar discusiones en la opinión pública, ganar votos, cambiar la percepción sobre algunos hechos o influir en cualquier otro tipo de decisión.
Suena mal, pero todos estamos expuestos a la manipulación. No se trata de un rasgo de debilidad, sino una determinación biológica: nuestro cerebro, quizás el objeto más complejo que conocemos, tiene muchos puntos ciegos porque vivimos usando atajos, sesgos y heurísticas.
Tenemos, en pocas palabras, pequeños errores de diseño que nos impiden pensar de forma totalmente lógica, todo el tiempo. Cosa que tiene sentido: la lógica estricta es un gasto de energía enorme, y la mayoría del tiempo podemos manejarnos bien sin usarla. Sin embargo, esos sesgos no son algo que se prende y se apaga, sino que permanecen ahí, latentes y listos para la acción.
La ingeniería social aprovecha esos puntos ciegos para influir en nuestra conducta y —cuando sucede— ni siquiera nos damos cuenta de lo que está pasando.
No hay magia ni control mental. Se basa en la psicología, la economía y la comunicación social, que abordan desde hace mucho tiempo distintas perspectivas de lo mismo; pero también se nutre de nuevos aportes de la lingüística, la neurociencia cognitiva y la ciencia de datos, que ahora permiten llegar todavía más lejos.
Hay más información que nunca en la historia, y existen cada vez mejores herramientas para aprovecharla. Podemos calcular todo tipo de probabilidades, construir modelos eficientes y retroalimentarlos con toneladas de datos en tiempo real. Tenemos mecanismos que pueden simular aspectos fundamentales de su funcionamiento para revisar los errores, corregirse de forma autónoma y repetir el proceso. Incluso creamos nuevas formas de aprendizaje automático, que se inspiran en las redes neuronales para ser todavía más profundos.
Y así hemos construido modelos para todo, incluso para condicionar y afectar al comportamiento humano.
Este libro es el resultado de más de una década de investigación y trabajo aplicado, aprendiendo sobre los sesgos cognitivos y utilizando la potencia de la tecnología para aprovecharlos.
¿Nos conocemos? Me presento.
Trabajé en procesos electorales, manejo de crisis, conflictos internacionales, medios de comunicación, campañas digitales, clubes de fútbol, políticas gubernamentales, investigaciones criminales y una larga lista de asuntos públicos.
Este libro te sirve.
No es técnico, pero se basa en ciencia del comportamiento y no en conspiraciones mundiales, trucos psicológicos ni recetas mágicas.
Trabajé más de una década con profesionales de la materia, pero escribí este libro para que lo pueda leer cualquiera, aunque no sea un experto.
Es una guía sobre modelos y herramientas que vienen del ámbito científico, militar, terapéutico y político, pero con explicaciones para que entiendas y ejemplos para que apliques.
Si te lo vas a perder…
No hay problema. Es para la gente que realmente quiere comprender estos temas.
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sergiomelzner.com