Imaginate pasar tus días buscando comida, cazando animales salvajes y recolectando plantas silvestres. En lugar de una base de operaciones fija, te mudás constantemente a nuevos lugares donde habrá más recursos disponibles. Si bien este estilo de vida puede parecerte extraño, las personas que vivían así (cazadores-recolectores) se consideran la primera y más adaptable población de la humanidad en toda la evolución.

Esto significa que los cazadores-recolectores formaron tales estilos de vida de acuerdo con sus entornos, para mejorar sus posibilidades de supervivencia y éxito reproductivo. De hecho, aún existen algunas sociedades contemporáneas que siguen prácticas cazadoras-recolectoras, aunque con algunas modificaciones.

El concepto de adaptar el comportamiento al entorno de uno es una característica central de la evolución, que describe los cambios en los rasgos heredados de una población a través de generaciones sucesivas. Cuando los organismos vivos se reproducen, transmiten rasgos exitosos: rasgos que aseguran su supervivencia y capacidad de reproducción.

Estos rasgos heredados, así como las nuevas adaptaciones que resultan de los entornos cambiantes, influyen en la supervivencia y el comportamiento de las generaciones posteriores. Al aplicar una lente evolutiva al comportamiento humano, podemos comprender los mecanismos y los impulsos que subyacen a muchos comportamientos, así como las condiciones ambientales a través de las cuales se volvieron comunes.

Historia

El naturalista inglés Charles R. Darwin pasó los años 1831 a 1836 viajando por todo el mundo, visitando América del Sur, Australia y el extremo sur de África. Darwin se detuvo en varias cadenas de islas, documentando patrones en la distribución y características de los organismos. A su llegada a las Islas Galápagos, Darwin observó varias especies de organismos en las islas que parecían similares, pero que tenían claras diferencias.

Específicamente, notó que cada una de varias especies de pinzones tenía diferentes estructuras de pico que parecían adaptarse a las demandas de su entorno. Por ejemplo, los pinzones que comían semillas grandes tenían picos grandes y duros, mientras que los que comían insectos tenían picos delgados y afilados. Además, los pinzones de las Islas Galápagos eran similares a las especies de la cercana tierra firme de Ecuador, pero diferentes a las de otros lugares.

Basado en sus observaciones, Darwin teorizó que las especies de la isla eran todas versiones modificadas de las especies continentales originales, que conceptualizaban el mecanismo de la selección natural.

Tres principios de Darwin

Darwin argumentó que la selección natural era el resultado de tres principios en la naturaleza:

1. Las características de los organismos se heredan.
2. Los recursos para la supervivencia y la reproducción son limitados, lo que genera competencia por los recursos en cada generación.
3. La descendencia hereda variaciones en las características.

Dado que los recursos son limitados y se heredan diferentes características, la única descendencia con características ventajosas tendría éxito en su búsqueda de esos recursos, lo que permitiría que sus rasgos estuvieran mejor representados en las generaciones posteriores. En última instancia, la selección natural da como resultado cambios evolutivos. La teoría de Darwin y los argumentos a favor de la evolución por selección natural se publicaron en su libro de 1859, Sobre el origen de las especies.

Expresiones humanas

Más tarde, en 1873, Darwin argumentó que las expresiones emocionales humanas probablemente evolucionaron de manera similar a las características físicas. Él creía que las expresiones emocionales tenían un propósito comunicativo, por lo que los humanos y los primates tenían un conjunto de expresiones innatas y universales. Específicamente, aquellos más expertos en expresar y comunicar sus emociones tenían más probabilidades de sobrevivir y, por lo tanto, más probabilidades de transmitir este valioso rasgo. Exploró tales ideas en su libro de 1872, La expresión de las emociones en el hombre y los animales, que tuvo una influencia significativa en el desarrollo temprano de la psicología. La historia de las teorías evolutivas no podría contarse sin detallar los avances realizados por Darwin.

Impacto

Allanando el camino para investigaciones posteriores relacionadas con los cambios humanos y animales, la teoría evolutiva de Darwin se ha convertido en la piedra angular de la biología, la psicología y la sociología. También ha influido en la forma en que pensamos sobre el mundo actual, con respecto a la genética y la supervivencia. Un ejemplo son las concepciones sociales de la diversidad: una población diversa es necesaria para sustentar los procesos de selección natural. 

La diversidad, entonces, debe ser celebrada y adoptada por la sociedad, ya que en realidad es beneficiosa para la supervivencia de todos. Si bien la teoría de la evolución continúa siendo estudiada e investigada, también ha influido en tres dominios de investigación importantes: la ecología del comportamiento, la ecología del comportamiento humano y la cognición comparativa.

La ecología del comportamiento estudia la base evolutiva del comportamiento animal debido a las presiones ecológicas, también conocidas como interacciones con el medio ambiente.

Análisis de la conducta

El biólogo holandés Nikolaas Tinbergen reconoció la importancia de la adaptación y la evolución según la teoría de Darwin, pero también creía que el comportamiento animal debería analizarse en términos de cuatro causas separadas, cada una de las cuales podría enmarcarse como una pregunta científica:

1. ¿Cuál es la función de la conducta?
2. ¿Cómo se desarrolló el comportamiento a lo largo de la evolución y cómo se compara con el comportamiento de especies estrechamente relacionadas?
3. ¿Cómo cambia el comportamiento a lo largo de la vida del organismo?
4. ¿Cuáles son los mecanismos internos que producen el comportamiento?

Las dos primeras preguntas son causas últimas del comportamiento, que se centran en el linaje evolutivo y las presiones ecológicas que influyen en el éxito reproductivo y la supervivencia, explicadas en términos de valor adaptativo. Con este fin, la teoría de Darwin fue increíblemente influyente en la ecología del comportamiento. Sin embargo, las dos últimas preguntas son causas próximas y consideran factores adicionales, explicando el comportamiento animal en términos de desarrollo.

Ecología del comportamiento humano

A medida que la ecología del comportamiento surgió del trabajo de Tinbergen, los investigadores se interesaron en los mecanismos específicos del comportamiento humano. Como resultado, se desarrolló la ecología del comportamiento humano (HBE, por su sigla en inglés) para aplicar los principios de la teoría evolutiva al estudio del comportamiento humano y la diversidad cultural. 

HBE examina el diseño adaptativo de los rasgos humanos con el objetivo de determinar cómo los factores ambientales dan forma a la flexibilidad del comportamiento. HBE intenta explicar las variaciones de comportamiento como soluciones adaptativas a las demandas competitivas del crecimiento humano, el desarrollo, la adquisición de pareja, la reproducción y el cuidado de los padres. Por ejemplo, la teoría del altruismo recíproco postula que un individuo proporcionará beneficios a otro, con la expectativa de reciprocidad en el futuro.

Además, algunos científicos sintieron la necesidad de integrar la psicología cognitiva en la ecología del comportamiento, para comprender mejor la relación entre el comportamiento y las presiones de la selección natural. Como resultado, la cognición comparativa se convirtió en el estudio comparativo de los mecanismos cognitivos en varias especies. 

Los científicos deben comparar sistemáticamente las capacidades cognitivas entre especies relacionadas de forma cercana y lejana para comprender mejor la función cognitiva entre ellas. Dichos análisis pueden ayudar a determinar qué presiones de selección llevaron a diferentes habilidades cognitivas.

Controversias

A pesar de la conciencia masiva de la teoría de la evolución y la investigación científica sobre el tema, el trabajo de Darwin no está exento de críticas. Incluso hoy en día, la legitimidad de la evolución se debate acaloradamente, y la mayoría de las críticas provienen de grupos religiosos, específicamente relacionados con el creacionismo. 

En términos generales, el creacionismo es la creencia de que la naturaleza y aspectos como la vida humana, la Tierra y el universo fueron creados por un dios. Con este fin, los creacionistas creen que la evolución es más religiosa que científica. Algunos sienten que al aceptar la evolución, uno está rechazando la religión y promoviendo el ateísmo. Tales creencias descansan en un “movimiento anti-evolución y atacan la enseñanza de la evolución.

La controversia en torno a la evolución se ha extendido históricamente al sistema educativo estadounidense. Muchos estaban a favor de la enseñanza de la evolución en las escuelas públicas, valorando el pensamiento científico contemporáneo, la libertad de expresión y la separación de iglesia y estado. 

Alternativamente, aquellos que se oponían a enseñar la evolución sintieron que estaba apoyando la eugenesia y las narrativas religiosamente inexactas. La controversia sobre la implementación de la evolución en el sistema educativo se convirtió en un problema legal a fines de la década de 1960, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló las leyes estatales que prohibían la enseñanza de la evolución en las escuelas públicas. 

Evidencia científica

Generalmente, los críticos afirman que la evolución no puede tomarse como un hecho. Sin embargo, los hechos científicos son observaciones empíricas verificables para las cuales existe evidencia abrumadora, y la teoría de la evolución está ciertamente bien establecida. 

A pesar de las críticas del público, la evolución es ampliamente aceptada por los científicos. En todo caso, la mayoría de las críticas generales hacia la evolución a menudo se basan en malentendidos. Por ejemplo, un argumento común es: "Si los humanos descendieron de los monos, ¿por qué todavía hay monos?". La respuesta es que la teoría de la evolución diría que los humanos y los monos tienen un ancestro común, en lugar de decir que los humanos son descendientes de los monos. 

En segundo lugar, algunos creen erróneamente que la evolución resulta en la extinción de especies anteriores. Sin embargo, las especies desarrollan nuevos rasgos y comportamientos, cambiando su composición genética, en lugar de extinguirse. Aunque el término evolución suena familiar para la mayoría de las personas, el grado de familiaridad varía y tales inconsistencias son a menudo la raíz de las críticas de la población en general.

Temas relacionados

Adaptación: Cambios en el comportamiento, fisiología y/o estructura de un organismo para adaptarse mejor a su entorno. Las adaptaciones exitosas conducen a la evolución.

Ecología del comportamiento humano: el estudio de la base evolutiva de las interacciones conductuales entre individuos. Muestra cómo la competencia y la cooperación entre y dentro de las especies pueden afectar la aptitud evolutiva.

Evolución: cambios en las características de una especie a lo largo de varias generaciones.

Aptitud evolutiva: qué tan bien una especie es capaz de sobrevivir y reproducirse en su entorno.

Selección natural: La idea de que las características ventajosas y las adaptaciones que contribuyen a la supervivencia persistirán a lo largo de generaciones, mientras que las características desventajosas desaparecerán.

Fuentes

1. Laboratorio de decisiones. (2022). Evolutionary change. (S. Melzner, trad)
2. Lee, RB y Daly, R. (1999). La enciclopedia de Cambridge de cazadores y recolectores. Prensa de la Universidad de Cambridge.
3. Malmquist, S. y Prescott, K. (2010). La base genética de la evolución. En Biología Humana. Publicación de libros sencillos.
4. Olmstead, MC y Kuhlmeier, VA (2015). Cognición comparativa. Prensa de la Universidad de Cambridge.
5. Cronk, L. (1991). Ecología del comportamiento humano. Revisión Anual de Antropología, 20, 25-53.
6. Yoerg, SI (1991). Estados de ánimo ecológicos: el papel de la cognición en la ecología del comportamiento. La Revista Trimestral de Biología, 66 (3), 287-301.