La estrategia es una disciplina que se ocupa de la gestión de conflictos y problemas en un contexto de incertidumbre y complejidad. En este marco, el conflicto no se limita a los enfrentamientos bélicos, sino que abarca una amplia gama de situaciones que pueden surgir en diferentes contextos, desde las relaciones interpersonales hasta las relaciones internacionales.

El estudio del conflicto es esencial para la teoría estratégica, ya que proporciona una comprensión de cómo los actores toman decisiones y actúan en situaciones de oposición y tensión. La estrategia, por lo tanto, se utiliza para abordar estos conflictos y problemas, proporcionando un marco para la toma de decisiones y la acción.

Qué es un problema

La vida se desarrolla en el contexto de diversos sistemas, como los sistemas de gobierno, judiciales, de servicios públicos y de relaciones internacionales. Cuando estos sistemas funcionan de manera predecible o considerada normal, nos encontramos en una situación ordinaria. Sin embargo, cuando estos sistemas no funcionan como se espera, nos encontramos en una situación extraordinaria, que puede causar conmoción y alteración.

Un problema, en el contexto de la teoría estratégica, se puede definir como una situación que requiere una solución, pero donde la solución no es inmediatamente obvia o fácil de implementar. Los problemas pueden surgir en una variedad de contextos y pueden ser de naturaleza humana, filosófica, política, económica, científica o matemática.

Es importante destacar que la idea de lo que es "normal" es subjetiva y puede variar de una persona a otra. Cuando una situación se desvía de lo que se considera normal, se convierte en un problema. La necesidad de resolver este problema y restaurar la normalidad es lo que puede llevar a un conflicto.

El conflicto, por lo tanto, surge como resultado de un cambio en la situación, ya sea porque ha surgido una situación extraordinaria o porque se desea cambiar una situación ordinaria que es insatisfactoria.

Qué es un conflicto

El conflicto puede surgir cuando la solución a un problema implica una competencia por recursos limitados, o cuando diferentes actores tienen diferentes percepciones o interpretaciones de un problema. En este sentido, puede ser visto como una forma de problema en la que los intereses de los diferentes actores están en tensión. La cooperación y la competencia son dos formas de interacción que pueden surgir en respuesta a un problema, y el conflicto puede ser el resultado de la tensión entre estas dos formas de interacción.

Los conflictos pueden clasificarse de varias maneras, incluyendo por el empleo de la violencia y por las pérdidas y ganancias asociadas. Pueden variar en intensidad, entendido como un grado de percepción sobre la gravedad del problema, y esta puede depender de factores como la disconformidad, la urgencia y la sorpresa.

En sistemas complejos con altos niveles de incertidumbre, la estrategia puede ser útil para abordar estos problemas, proporcionar un marco para analizar el conflicto, generar posibles soluciones, evaluar estas soluciones en términos de su viabilidad y efectividad, y finalmente implementar la solución elegida.

Elementos del conflicto

Son los componentes fundamentales que definen y dan forma a la naturaleza de un conflicto. Estos elementos pueden incluir las partes involucradas, los intereses y objetivos de estas partes, los recursos en juego, las percepciones y emociones de las partes, y las acciones y reacciones de las partes.

Cada uno de estos elementos puede influir en la dinámica, afectando cómo se desarrolla y se resuelve.

1. Lenguaje: En el conflicto se utiliza un lenguaje particular, compuesto por expresiones, gestos y acciones destinados a exteriorizar creencias, evidenciar u ocultar intenciones y materializar acciones. Este lenguaje se utiliza para influir en la conducta del oponente y de otros actores, y puede variar desde mensajes de tono conciliador hasta expresiones extremas de violencia armada.
   
2. Disputa por un derecho o un objetivo: El conflicto implica la existencia de una situación no ordinaria, es decir, una situación en la que los acontecimientos se desarrollan de forma diferente a la considerada normal. Esto puede implicar la sensación de que algo falla, de que el otro actor pretende o detenta algo que nos pertenece, vulnera un derecho.
   
3. Enfrentamiento intencional: No existe enfrentamiento casual; los actores se oponen por un expreso acto de voluntad. Quien decide si habrá o no conflicto, es el bando agredido. Este es quien accede o rechaza la demanda o acción del ofensor, decidiendo la iniciación del conflicto.
   
4. Hostilidad recíproca: Aparece al agravarse el conflicto. Se origina en la resistencia de un actor a aceptar lo pretendido por el otro y asume la forma de mala disposición y antipatía mutuas.
   
5. Agresividad y violencia: La agresividad enlaza a la hostilidad con la violencia y aparece luego de otras etapas anteriores en el desarrollo del conflicto. Puede ser definida como "propensión a aplicar violencia".

Interpretación del conflicto

La capacidad de prever un conflicto permite prepararse adecuadamente, tomar decisiones informadas y desarrollar planes de acción efectivos. Esta anticipación puede implicar la identificación temprana de posibles amenazas, la comprensión de los intereses y objetivos en juego, y la evaluación de los factores de poder involucrados.

Podríamos interpretarlos de dos formas:

1. Hipótesis de Conflicto: método convencional, supone un conflicto futuro debido a intereses o metas contrapuestas.
2. Escenarios: situación futura en la que es necesario utilizar el poder nacional para contrarrestar ciertas amenazas contra objetivos o intereses nacionales propios. Aunque la diferencia entre ambos puede ser más semántica que real, es posible sugerir diferentes formas de definir ambos conceptos.

Una manera de definir la hipótesis de conflicto es la siguiente:

1. Circunstancias que dan origen al conflicto.
2. Objetivos y/o intereses propios que se ven afectados.
3. Factor o factores de poder principalmente involucrados.
4. Evolución percibida de la situación conflictiva.
5. Características esenciales de la situación de confrontación: nivel probable de intensidad del conflicto, posibilidades de crisis, ubicación en tiempo y espacio, coaliciones, libertad de acción propia, balance de poder y conclusiones sobre la personalidad de los principales actores enfrentados.

Para definir un escenario, se pueden considerar los siguientes aspectos:

1. Causa que genera la conformación del escenario.
2. Nivel de intensidad posible a esperar en la situación de confrontación.
3. Factores de poder involucrados.
4. Actores.
5. Oportunidad para la conformación del escenario.
6. Probabilidad de ocurrencia.
7. Delimitación geográfica del escenario.